El alto nivel económico no basta para garantizar una educación de calidad, concluye un estudio realizado entre jóvenes de colegios particulares de la capital.

Clara M. tiene 16 años y está cursando el segundo medio en un colegio del sector oriente. Pecosa y de linda cara, cabe en el rótulo de peloláis, pero está lejos de ser avasalladora y segura, cuando se trata del colegio. "Me da susto no sacarme las notas que debiera, este año ya es más difícil, y si no me concentro en rendir bien, sería una lata, porque mi hermana salió con súper buen promedio del colegio… ¡los desilusionaría a todos, partiendo por mí misma!".
El caso de Clara no es excepcional en los escolares del estrato alto, pues en un país que lucha por mayores recursos para la educación, en los establecimientos que sí cuentan con ellos existen otros factores que explican el rendimiento de los alumnos. Un bajo autoconcepto académico, bajas expectativas educativas y en las niñas, un escaso control de la ansiedad, determinarían las notas obtenidas. Son las conclusiones de un estudio realizado por la escuela de Sicología de la Universidad del Desarrollo, entre más de 200 estudiantes de segundo medio de colegios del sector oriente.
El trabajo, de las psicólogas Macarena Ojeda, Antonia Stacchetti y Josefina Vicuña, buscaba comprobar que
un alto nivel económico no garantiza el éxito en la educación y que, incluso, más importante que éste, es la
capacidad de manejar bien los temores, inseguridades y la sensación de soledad, propios de la adolescencia.
"La adolescencia es un etapa en que se reviven muchos conflictos no resueltos de la primera infancia, y lo lindo del período, es que es una segunda oportunidad de trabajar lo que quedó pendiente", comenta la sicóloga Josefina Vicuña, y explica que al momento de analizar factores tan importantes como el sentimiento de soledad, de desapego, que presentan muchos adolescentes y que los lleva a tomar decisiones erradas, "la familia es esencial".
"Los adolescentes requieren para su proceso de maduración de un ambiente que los contenga, que les ponga límites, que sea afectuoso, pero con autoridad firme. Hay muchos de ellos que están muy solos por las exigencias del mundo moderno, pero si ambos padres trabajan, lo importante es que mantengan una conexión con el joven, debe haber un monitoreo de lo que hacen: dónde están, con quién, qué está haciendo, etc. Hay que buscar formas de mantener la conexión y la autoridad", agrega la sicóloga.
El estudio estableció 14 ítemes para ser evaluados por los alumnos, entre ellos el autoconcepto académico, las expectativas educacionales, la autoestima personal y social, el control de ansiedad, el interés y las estrategias de aprendizaje.
Según los expertos, el autoconcepto académico, esto es, la autoestima, el desapego y la sensación de soledad, así como las expectativas personales sobre lo que el propio joven es capaz de aprender o no, explican alrededor del 60% del rendimiento de los alumnos. "Los que tienen una baja autoestima, han sufrido desapego y tienen limitadas expectativas, tendrían un menor rendimiento", dice la psicóloga Josefina Vicuña.
Aunque hay diferencias de género. Mientras los hombres se perciben mejores para las ciencias y tienen una autoestima más alta, las mujeres se percibían como mejores en habilidades comunicativas y empatía y peores en el control de la ansiedad. Este último factor era uno de los que, junto con la soledad y el autoestima, es mejor predictor del rendimiento académico en las niñas. Es decir, las niñas deben aprender a manejar la ansiedad que les produce enfrentarse a una prueba, para poder desplegar la plenitud de sus conocimientos.
Pero ¿de qué sirve tener esta información? Según explica Vicuña, para que en los colegios, junto con las familias, se trabaje en la superación de los aspectos que muestran débiles. Así lo han entendido varios establecimientos que han desarrollado programas al respecto. "El profesor juega un papel fundamental a la hora de reforzar a los jóvenes, pues su intervención puede, de todas maneras, ayudar a que la situación cambie. Puede haber talleres específicos, o hacerlo de manera transversal, que cada profesor trabaje un punto en específico con los alumnos, pero es un trabajo que vale la pena realizar".
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Ariel CruzNota |
La Tercera